A las protestas masivas previstas este martes en Francia se suman profesores, estudiantes, jueces, personal del sector salud y el movimiento de los chalecos amarillos.
Miles de personas han salido a las calles de París y otras ciudades del país en una nueva jornada de protestas contra la reforma al sistema de pensiones del presidente de Francia, Emmanuel Macron, pero esta vez todas las centrales sindicales francesas se unieron a esta convocatoria.
A 13 días de iniciado el movimiento, enfermeras, médicos y farmacéuticosel se han sumado este martes a la huelga que mantiene el sindicato de trabajadores de la red ferroviaria del transporte, entre otros sectores.
La protesta a nivel nacional se produce cuando sólo circulan una cuarta parte de los trenes de alta velocidad (TGV), y el transporte metropolitano de París amaneció con ocho líneas de metro cerradas, y las que funcionan ofrecen un servicio limitado.
El principal problema son los trenes de alta velocidad que conectan buena parte de Francia y el extranjero y cuyo servicio ha estado limitado, con numerosas cancelaciones de viajes.
También el paro laboral afecta al sector educativo, luego que se ordenó la suspensión de clases y la emblemática Torre Eiffel permanece cerrada ante el paro de su personal.
El colectivo de profesores en Francia convocó este martes a una nueva jornada de huelga, en el marco de la movilización nacional contra la reforma de las pensiones, mientras continúan las negociaciones con el Ministerio de Educación.
Siete de las ocho refinerías del país declararon su adhesión a la movilización, lo que supone un notable incremento en el sector petroquímico con respecto a las jornadas de huelga precedentes, según señaló Daniel Bretones, secretario general de Confederación General del Trabajo (CGT).
En esta ocasión también se ha sumado la Confederación Francesa Democrática del Trabajo (CFDT), de corte reformista y cercana al oficialismo, que mantiene una postura más abierta a la reforma de Macron.
Organizaciones como la Confederación General del Trabajo (CGT) y Fuerza Obrera (FO) iniciaron el movimiento el 5 de diciembre para anular el proyecto de Macron, porque consideran que se trata de desmantelar el sistema de pensiones, uno de las joyas del estado de bienestar francés.
Los sindicatos se oponen al plan del gobierno, que busca fusionar los 42 regímenes de pensiones existentes en un sistema único y atrasar dos años la edad de jubilación para recibir una pensión completa.
El primer ministro francés Edouard Philippe, invitó a los sindicatos y los empleadores a dialogar en un intento para evitar que la huelga se prolongue en la temporada de Navidad y Año Nuevo, pero los sindicatos están empeñados en obligar a suspender el proyecto oficial.
En las ciudades de Marsella, Lyon, Toulouse, Niza, Nantes, Estrasburgo, Montpellier, Burdeos y Lila han iniciado las movilizaciones y se espera que en otras ciudades también haya protestas.
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